Se
acabaron las navidades. Los días de cava y sidra, de turrón y polvorones, de
espumillón, villancicos y petardos, han dado paso a la depresión
postvacacional, y las colas para
comprar en los comercios han sido sustituidas por las colas para cambiar los regalos.
Y por la cuesta de enero. Pero ¡ay!, la navidad se fue y nos dejó algo más que un chorro de tickets-regalo: esos grupos de WhatsApp creados
para los múltiples festejos con motivo de tan entrañables fechas.
"Cena de Navidad",
"Cumpleaños de XXX", "Nochevieja", "Fiesta de
Nochevieja", "Quedada Cabalgata", "Reyes",
"Vacaciones", "Chocolate con churros en Plaza Mayor",
"San Silvestre"... Grupos de WhatsApp creados ad hoc para un determinado evento que, en el
mejor de los casos, se convertirán en grupos zombie: esos en
los que nadie habla, o de los que -a cara de perro- se van saliendo todos los
miembros hasta que un día te das cuenta de que eres
el administrador del grupo porque TÚ eres el grupo.
Pero no todos los grupos de WhatsApp
acaban en ese deseable destino. Muchos mutan
en otra cosa. Como esos grupos que se crean con motivo de una despedida de
soltero y acaban siendo una auténtica Biblioteca de
Alejandría... de porno y vídeos inquietantes. Son esos grupos de WhatsApp que, con
ligeras variaciones, todos albergamos en nuestros teléfonos, porque, no se
engañe, los seres humanos somos muy parecidos.
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